¡Hola Chicas! Una de las cosas que más nos afecta cuando estamos en nuestro hogar son las peleas que a diario tenemos con esos «enemigos» más cercanos, esos que viven bajo nuestro mismo techo… ¡Nuestros hermanos!
Aquellos que cuando son más grandes nos molestan, nos sobreprotegen y hasta nos hacen quedar en ridículo frente a otras personas creyendo que de esta manera nos harán a un lado, o cuando son más pequeños, llorones y fastidiosos, nos quieren hacer la vida de cuadritos, pero finalmente, ellos, esos seres que la vida nos regaló para que nos acompañaran no solo a jugar, sino a aprender, a crecer y a vivir juntos son parte vital de lo que podremos llegar a ser como personas, pues finalmente ellos son quienes nos alientan, nos persiguen y finalmente disfrutan de nuestros triunfos más de lo que podríamos disfrutar nosotros mismos.
¿Hermanos? Realmente yo los llamaría amigos, pues son las únicas personas que aún cuando nos odiaban de pequeños por tener cosas diferentes a las que ellos tienen, y porque creen que eres el favorito de tus padres, son sin lugar a duda nuestros mejores cómplices, pues nos acompañan en cada una de las travesuras que tenemos en mente, nos regañan, nos reprenden y finalmente nos aman como sus tesoros, más que a nada en este mundo.
Tener hermanos es realmente una gran bendición, pues son ellos quienes dan todo de sí para que seamos felices, para que tengamos una sonrisa en el rostro cada vez que los miremos a los ojos, y aunque sean la principal razón de nuestros problemas cuando estamos chicos, el tiempo nos hace crecer y madurar y nos enseña que llegaron en el momento preciso y a la hora indicada para hacernos felices.
A pesar de cualquier dificultad que se presente con ellos, es clave saber que un hermano más que nuestra propia sangre es un cariño verdadero que no durará poco tiempo, sino, por suerte toda la vida; pues esos que al principio ves como enemigos viviendo bajo tu mismo techo son quienes tendrán siempre su mano extendida para ti.
Finalmente, aprovecha cada una de esas peleas, de esas sonrisas, de esas travesuras y esa complicidad, porque el día que menos lo pienses ya habrás crecido al igual que tu hermano y aunque tendrán que tomar rumbos diferentes y seguramente seguirán encontrándose a menudo en el mismo camino; los buenos tiempos de la niñez y la vida en casa nunca volverán a ser igual.
tienes mucho futuro como comunicadora .. sigue así… felicitaciones
¡Muchas Gracias!