“Que lo hagan otras no quiere decir que yo te lo vaya a hacer a ti”. Esa es la frase por excelencia de nosotras las mujeres cuando estamos enamoradas y queremos que nuestra pareja confíe ciegamente en lo que les estamos diciendo, y si, es cierto; así como no todos los hombres son iguales, nosotras las mujeres ¡tampoco!
Pero bien, no nos digamos mentiras. A todas nos ha pasado que aún estando muy enamoradas, de un momento a otro llega alguien que literalmente nos empieza a mover el piso, y sin darnos cuenta resultamos hablando con esa persona más seguido que de costumbre, ya luego recibimos mensajes, en fin! Pasa de ser nuestro amigo a ser nuestro punto clave; con lo que no contamos es que en el momento menos pensado, nos dejamos llevar por las emociones y terminamos aplicando aquella frase que dice: “Que pase lo que tenga que pasar”, y es ahí cuando nos refugiamos en otros abrazos, en otras palabras, en otros besos sin darnos cuenta de que jugar con fuego, nos puede quemar. A veces no es cuestión de amar profundamente o no a otra persona, pues la infidelidad en ocasiones también la hacen las circunstancias, esas circunstancias que por momentos nos llevan al punto máximo de nuestras emociones y terminamos cayendo en la tentación de mirar con otros ojos a una persona ajena a nuestra relación.
No estoy aquí para juzgar, somos seres humanos y es entendible que actuemos como tal; caer y levantarse por los obstáculos que se nos presentan es tan normal, como sentir hambre todos los días al levantarnos; lo que sí es importante saber, es que no por el hecho de ser humanos, tenemos derecho a lastimar a otra persona, pues así como nosotros no quisiéramos que alguien se metiera con lo que amamos, no debemos hacerle eso a otra chica, o si bien, el chico con el que le fuiste infiel a tu pareja no tiene compromisos, piensa en ti y en tu relación, y pon en una balanza lo que haya sucedido, trata de explicarte por qué sucedió, y toma en cuenta si fue cosa de emociones y de momento o si verdaderamente lo hiciste porque el amor que había en tu relación se marchitó por completo.
Cualquiera que sea el resultado de lo que acabas de analizar, recuerda que no estuvo bien hecho, no es bueno jugar con los sentimientos de otra persona; si fue cosa de momento, replantea cada una de las cosas que hayan sucedido, pregúntate si fueron las emociones y definitivamente prométete que no volverá a pasar, finalmente esa decisión debe ser tomada por tranquilidad propia y de terceros que puedan salir lastimados por tu culpa.
Por otro lado, si al darle una revisión a los hechos te das cuenta de que esto sucedió porque ya no amas como antes a tu pareja, y estabas buscando la forma perfecta de acabar con eso, no esperes que pase a mayores; simplemente termina con tu relación y aférrate a la razón, no lastimes a otros y menos como no quisieras que te lastimaran a ti. Trata de ser muy sincera con lo que sientes, solo de esta manera podrás estar tranquila; nadie se merece que le mientan, y mucho menos tu, tu tampoco te mereces que por culpa de una confusión de sentimientos, te mientas a ti misma.
En fin, cualquiera que sea tu decisión, tómala antes de que tu pareja se entere de lo que sucedió, no lo lastimes; en caso de que ya se haya dado cuenta y tu desees recuperarlo, no te recomiendo hacerlo. Lo mejor para evitar esto es ser sincera con cada palabra que salga de tu boca, pues es lo mínimo que puedes hacer por una persona que alguna vez te ha sacado una sonrisa, que te ha hecho feliz. Finalmente, una infidelidad es una de las crisis de pareja más difícil de superar, pues una vez perdida la confianza, seguramente no se vuelve a rescatar.