Tristemente desde niñas crecemos con el estereotipo de que la mujer ideal tiene un cuerpo delgado, torneado y sin imperfecciones, y un rostro bello, que deslumbra a hombres y a otras mujeres que creen que realmente esto es perfección. Por culpa de estos estereotipos, es que nos idealizamos en lo superficial y en ocasiones terminamos atentando contra nuestra vida con conductas irregulares, como es el caso de la anorexia.
La anorexia es una enfermedad producida por el desorden alimenticio que nos provocamos por no comer sanamente, o por incitar el vómito después de haber consumido algunos alimentos, lo que hace que no engordemos, sino que por el contrario adelgacemos hasta el punto de vernos esqueléticas, no sólo de cuerpo sino también de mente, pues no engordar se convierte en una obsesión tan complicada que con facilidad afecta nuestra salud mental.
Generalmente, la anorexia surge como trastorno alimenticio que va de la mano con el pensamiento de vernos siempre delgadas ante la sociedad superficial que quiere manejar nuestro cuerpo y nuestra mente a su antojo, juego que seguimos sin darnos cuenta, castigándonos a sí mismas con lo más sagrado que tenemos. La salud.
Esta enfermedad se convierte en una prueba de vida desde el momento en el que empieza hasta que termina, pues una vez empiezas a perder peso y tu mente inicia la tarea de obsesionarse con lo que algunos llamarían «el cuerpo perfecto», es una lucha constante de vida, por salir adelante, ya que no es simplemente bajar unos kilitos, sino empezar a debilitarte, pues físicamente decaes, tu estómago se cierra, por el contrario a lo que piensas tus amistades se alejan y en ocasiones hasta tu familia se hace a un lado por miedo a fracasar en el intento de que vuelvas a ser tu.
Si ya caíste en la anorexia, el primer paso es asumirlo y enfrentarlo, solo así podrás dar un paso adelante para salir de esta condición que tanto te hace daño, pero si aún no ha sucedido, piénsalo muy bien, pues perfecta no es estar casi en los huesos, perfecta es la chica que se quiere y se respeta por encima de los estereotipos sociales que la rodean.
Por eso mujer, hoy te doy un consejo: ¡Valórate! No caigas en la superficialidad, no expongas tu vida por agradarle a los demás, coge fortaleza de lo más profundo de ti y ármate de valentía para saber que eres una creación de Dios y por lo tanto ya eres perfecta; no quieras parecerte a nadie, no quieras morir por complacer al mundo; si te incómoda estar un poquito pasadita de peso no te atormentes, come balanceado, haz ejercicio y repite frente al espejo todos los días lo hermosa, lo valiosa y sobretodo lo grande que eres para no dejarte derrumbar.