Hola chicas, siempre nos preguntamos que tan bien o mal estamos escogiendo a nuestra pareja, pues en ocasiones dudamos de que sea un buen hombre, o le tememos a un compromiso más serio porque puede que en otras circunstancias este chico sea todo lo contrario a lo que ha demostrado ser.
Pues bien, el día de hoy les daré algunas claves para saber si están con el hombre adecuado, y si no es así… ¡Cuidado! Aún están a tiempo de cambiarlo.
1. Muy buen dicho ese que dice que quien es buen hijo, ha de ser buen padre, buen esposo o buen novio, pues quien en su casa trata a su madre como una verdadera reina, sabe cual es el verdadero valor de una mujer, y es confiable, pues si respeta a quien le dio la vida, te respetará a ti y al hogar que forme contigo.
2. Si te trata lindo a solas y no le importa hacerlo también delante de sus amigos, sin duda es tu hombre ideal! Pues aquel que no teme a mostrarse dulce y tierno delante de cualquier persona, realmente vale la pena.
3. Hombre que sepa cocinar es un hombre perfecto; pues aquel que sabe que la cocina no es el lugar de una dama, sino un sitio como cualquier otro en el hogar, merece que le digas que si.
4. Los detalles hacen parte fundamental de una relación, y si tu hombre sabe como sorprenderte todos los días, merece quedarse a tu lado. Hombre que no necesita dinero para hacer feliz a su pareja vale la pena, pues no siempre lo material es lo que valoramos, a nosotras también nos gusta que nos regalen momentos… experiencias!
5. Un hombre inteligente vale más que cualquiera, pues solo quien tiene alta capacidad intelectual entiende el valor del respeto, del romanticismo, de la equidad… Hombre inteligente sabe valorar a una mujer y lucha por hacerla feliz en cualquier momento de su vida.
6. Finalmente… escoge a un hombre soñador, pues quien tiene metas, planes y sueños en la vida es alguien de fiar, pues a su lado tendrás la oportunidad de crecer, de formar una familia y construir un buen futuro.
Si encuentras un hombre con estas cualidades simplemente abrázalo fuerte, luego toma su mano y corre el riesgo de caminar junto a él por el mismo sendero, siempre mirando desde distintos puntos de vista, hacia el mismo horizonte.