En algún momento de nuestra vida, todas hemos soñado con la juventud eterna y la sonrisa perfecta; seguramente todas hemos soñado que con el pasar de la luz, no nos pasen los años. Realmente, yo pienso que el hecho de ser jóvenes no va ni en el físico, ni en la salud… Más importante que eso es la tranquilidad con la que vivamos nuestra vida, y el espíritu con el que enfrentamos cada una de las situaciones que se nos presentan.
Y bien, después de analizar detenidamente ese gran anhelo y por supuesto los comportamientos que muchas adoptamos con el ánimo de vernos siempre hermosas, hoy podré revelarles el verdadero secreto de la eterna juventud.
Primero que nada, es clave saber que para ser siempre jóvenes, es importante no dejar que envejezca nuestra alma, pues si revitalizamos a diario nuestra mente y nuestra vida con unos buenos hábitos alimenticios, lectura cotidiana y un buen dormir, nos conservaremos un poco más. Sin contar que no debemos olvidar los chistes flojos, las miradas hablantes, los abrazos fraternos y sobretodo la habilidad de sonreír.
La juventud eterna no se ha de encontrar sólo en cuidar nuestra piel con cremas y ejercicios, o ir al doctor cada 15 días a chequear como va nuestra salud, sino que también es necesario cuidar nuestro corazón, de cada una de las cicatrices que le ha dejado la experiencia; la juventud eterna está en la tranquilidad, el respeto, el perdón y el olvido.
Mujer, si quieres ser siempre joven no olvides que dentro de tu espíritu guardas la ternura que te dejó el ser niña, la dulzura de la feminidad y sobretodo la enorme cualidad de luchar por lo que verdaderamente anhelas. Que a ciencia cierta, más importante que conservar la juventud, es tener la capacidad de conservar la felicidad.
