«Hoy no es un buen día, creo que me levanté con el pie izquierdo. Mamá abrió mi ventana sin ni siquiera preguntar y el sol me pega en todo la cara… Es un amargo despertar. Salgo de mi alcoba esperando que una ducha pueda arreglar mi mañana pero no sucede, por el contrario, me miro en el espejo y siento que mi vida no tiene sentido; tengo un molesto granito en la nariz, otro a un lado de la frente y parece que me va a dar conjuntivitis, estoy hecha! Me siento horrible, definitivamente no soy la chica de la que se enamoran, estoy gorda, tengo la cara destruida y mi ánimo por el suelo… Nada tiene sentido».
Todas las chicas en algún momento hemos pasado por algo como lo anterior, nos levantamos de cama con los ánimos por el suelo y al fijarnos en el espejo nos damos cuenta de como la naturaleza se encarga de jugarnos una mala pasada, pero es normal… No todos los días amanecemos radiantes, somos seres humanos con defectos que no se pueden esconder, pero sí, manejar.
Cuando te sientas fea, solo piensa que deberías ser un poco más consiente con tu modo de tomar la vida, antes de ofuscarte por las pequeñas imperfecciones que encuentras a tu al rededor sería justo que valoraras que estás sana, que estás completa, que tienes piernas para desplazarte, brazos para estrechar, salud para buscar la felicidad en cualquier lugar.
La belleza es relativa, no hay un estereotipo real para saber si somos o no bellas, cada chica tiene rasgos distintos, virtudes, valores y por supuesto defectos, por ello no podemos sentirnos mal cada vez que la autoestima nos falle. Estar delgada no es signo de que eres la chica más linda así como estar pasadita de kilos no indica que no merezcas ser feliz. Tienes que aprender a ser tu misma y a luchar por tus ideales, no te derrumbes si las cosas no salen como deseas.
Si tienes acné porque atraviesas por la adolescencia cuida tu alimentación y verás como se te quita, si sientes que estás un poco pesadita pues empieza una rutina de ejercicios y encuentra tu talla ideal, si un chico no te pone atención, no te tortures… Somos mujeres, no muñecas, no permitas que alguien más quiera imponer tu realidad; la perfección está en amarte a ti misma y luego dejar que te amen los demás.
