En muchas ocasiones nos olvidamos de que Dios existe y renegamos tanto de nuestra vida, de lo que nos pasa que sin darnos cuenta le hacemos ver al creador que poco o nada nos importa lo que él ha hecho por nosotros, por nuestra familia, por vernos felices a diario, pues por encima de todo vinimos al mundo por su gracia y para sonreír, no es cosa de Dios que estemos mal, es la ausencia de él en nuestros corazones lo que nos hace sentir derrotados.
Independientemente de la religión que profesemos, es muy importante llevar en nuestros corazones a un creador, aquel que nos escucha, nos regala y en ocasiones nos quita según lo merezcamos, sin contar que es él a quien acudimos siempre en los momentos difíciles, sobretodo cuando tenemos miedo y buscamos un refugio para la tranquilidad que un ser terrenal no nos puede brindar.
Generalmente no suelo hablar mucho de Dios, porque creo que la decisión de creer en él o no es algo muy personal que solo debería ser importante para mi, sin embargo hoy lo hago porque siento la necesidad de agradecerle por cada una de las bendiciones que ha hecho llegar a mi vida, porque aunque no es perfecta tiene todos los toques que solicita para que yo sea feliz; tengo trabajo, una profesión, amigos especiales y lo más importante, tengo una hermosa familia que estoy segura solo él me la pudo haber escogido…
Es por eso chicas que hoy me atrevo a hacerles una invitación y es a que no se olviden de Dios, sin importar la religión a la que pertenezcan todos los días cuando despierten hagan una oración dando gracias al cielo por los favores recibidos, por la vida, la tranquilidad y la familia que aunque muchas no lo notemos él también necesita que le dediquemos unos minutos de nuestra cotidianeidad, que si nosotras tenemos tiempo para pedirle, seguramente también para agradecerle, que cuando lo necesitamos no medimos oraciones, pero cuando estamos bien olvidamos que es gracias a él.