«Me mira, me habla como a cualquier amiga suya, mientras yo lo veo con ternura, mientras a mi me alegra su sonrisa y me estremece su presencia y ni decir lo que me hacen sentir sus palabras… De verdad es una sensación perfecta, lástima que sea mi mejor amigo.
Le cuento mis problemas de amor mientras él me escucha con atención, baila conmigo, sueña conmigo, me dice cariño aunque no sea verdad; y yo lo llamo amigo aunque por dentro esté discutiendo con lo que siento, aguantando las ganas de tomarlo de la mano y acercarme a su boca para contarle que quiero de él algo más que su amistad.
Salimos juntos, hablamos de mil cosas, sonreímos… Y él ni siquiera imagina lo que por mi mente pasa en esos momentos. Tengo miedo de decírselo porque tal vez nuestra amistad quedaría ahí, solo en eso y no podría soportarlo, aunque quien sabe y sin yo saberlo él sienta lo mismo que yo. ¿Qué hago?»
Creo que a muchas de nosotras nos ha sucedido esto en algún momento de nuestras vidas y no tenemos certeza de como actuar, sin embargo tratamos de ser tan neutrales con nuestros sentimientos que pasamos por encima de ellos para no incomodar a esa personita que nos alegra el alma.
Y bueno chicas, está bien… Aveces las cosas llegan sin buscarse y no siempre declarar nuestro amor es positivo y menos cuando es a nuestro mejor amigo, pues es un vínculo tan fuerte el que se ha formado que desatarlo resultaría perjudicial para los dos.
Así que chicas, mi consejo es que sepan manejar eso que sienten y no se confundan de sentimientos y si en definitiva el gusto puede más que la amistad, mujer, lánzate al ruedo; pero si crees que prevalece más tener una buena compañía y un tierno consejero… ¡Conserva a tu mejor amigo!
