Nacer, crecer, jugar, ir a la escuela, enamorarse… El ciclo actual de la vida, donde la mayoría de jóvenes se quedan atados por distintos factores que el día de hoy les voy a explicar…
En primer lugar, es necesario entender que el amor va más allá de sentir vuelcos en el estómago mientras lo imaginas cerca o las llamadas «mariposas» cuando lo ves pasar, si, tiene mucho que ver pero no lo es todo, eso es apenas un inicio de lo que realmente se llama Amor.
Enamorarse es sentir que quieres tomar la mano de otra persona para que juntos cumplan sus sueños, es luchar por un bien común, es preocuparse por las cosas de cada quien sin olvidar que todo en pareja se resuelve mejor… Sin embargo, es curioso que enamorarse en pleno siglo XXI sea una de las «enfermedades» más letales para el ser humano, que aún cuando año tras año se esfuerza por ser mucho más inteligente, sigue cometiendo el error de apegarse en vez de enamorarse, y termina haciéndose tanto daño como sea posible imaginar.
Pero bien, el amor sin apegos es posible, solo basta con saber distinguir entre el valor de la compañía y la ausencia de soledad, pues no es lo mismo que alguien esté a tu lado por llenar vacíos a que alguien lo haga porque realmente desea compartir más que tu cama, tu vida entera…
Amar sin apegos es comprender que la persona más importante siempre debes ser tu, que no hay segundas oportunidades de vivir y que por eso es necesario disfrutar intensamente, sin pretender que el otro sea nuestra sombra.
«Solos vinimos y solos nos vamos», es lo que debemos tener claro en la vida; amar sin apegos es entregar el alma en tu relación y ser capaz de recuperarla cuando sientas que las cosas han cambiado de rumbo, es sentir que tu vida y la de esa persona va ligada al respeto, es entender que cada quien es dueño de su actuar, y que tener una pareja no significa comprar una propiedad. Nada es para siempre, por eso disfruta del amor sin apegos, pues sólo de esta manera sabrás que entregaste tu vida sin perder la alegría de sentirte libre cada día.
