En Europa, a finales del siglo XVIII surgió el movimiento feminista, también conocido como movimiento por la liberación de la mujer, que buscaba poner fin a la desigualdad de género, dando el valor familiar, social y laboral a hombres y mujeres por igual, teniendo en cuenta que en la época pasada las chicas eran tan solo instrumento del hogar, educadas para mantener la casa limpia y los hijos bien vestidos sin tener en cuenta sus derechos y deberes para con la sociedad.
Desde aquel entonces empieza la lucha de la mujer por ser alguien, por ser reconocida y admirada por quienes le rodeaban, alcanzando así varios triunfos y halagos frente a aquellos que no creían en que esto fuera posible.
Gracias a todo lo realizado anteriormente, es que en la actualidad las mujeres podemos gozar de una verdadera libertad, -en el amplio sentido de la palabra y sin tergiversar su significado-, pues ya no dependemos de un hombre para ser felices, tampoco para apreciar la luna y las estrellas en una noche al aire libre ni mucho menos para crecer integra y profesionalmente pues labores y trabajos son recomendados por igual para ambos géneros.
Ser hombre o mujer no dignifica ni constituye el actuar de un buen ser humano, esos son estigmas creados por otros para hacernos creer que nosotras somos las que debemos estar en la cocina mientras los machos salen a beber cerveza con sus amigotes, aun sabiendo que no es así… A pesar de esto, tristemente siguen quedando residuos de una sociedad machista que no acepta la importancia del rol que desempeña la mujer en la misma, por esto aún vemos como seguimos siendo vulneradas por terceros.
Sin embargo no todo está perdido mientras exista ¡La revolución femenina! Esa que me indica que solo debo ser yo misma para triunfar en la vida, que no es necesario tomar manos ni conseguir ataduras para escalar a la cima, por el contrario, es esa que me recuerda que entre más independiente sea me irá mejor, pues todo lo habré aprendido de la academia y la vida y esto es lo más valedero…
Es época de ser nosotras mismas, muchas mujeres han luchado para ello y por eso estamos aquí hoy, para entender desde nuestra oficina, sentadas frente al computador que el sacrificio de otras valió la pena…