Cuando estamos chicas soñamos con ser grandes, ¿para qué? La verdad no lo sé, no tiene sentido cambiar cama, ropa y juguetes por escuela, trabajo y hogar… Sin embargo lo anhelamos todo el tiempo, sin darnos cuenta de que ser grandes no resulta tan divertido. Querer ser bombero, astronauta, policia ingeniero son los sueños de todo pequeño, mientras las niñas anhelamos ser reinas, modelos o doctoras, sin imaginar que los caminos de la vida no siempre son rectos y a la mitad del recorrido todo cambia.
Algunos por suerte, hemos tenido la oportunidad de estudiar, pero otros aun no han podido hacerlo; así mismo tenemos empleo pero generalmente no es ejerciendo nuestra profesión o haciendo honrra a nuestros intereses, entonces, ¿qué estamos esperando?.
Si un empleo nos da estabilidad económica pero no nos llena el corazón de felicidad estamos en el lugar equivocado, pues el dinero que ganamos resulta directamente proporcional al que estamos perdiendo.
Venimos al mundo una sola vez y lo correcto es que ésta sea provechosa y sobretodo nos brinde felicidad, así que si tu empleo no te satisface es mejor que no esperes empeorar, mejor ve buscando nuevas alternativas y así puedes cambiar. Todo se compone de retos, de ansias por tener algo mucho más grande a diario, por eso no debemos pegarnos a nada y entender que crecer e innovar hace parte de nuestra vida profesional, un empleo no define lo que somos y por eso no debes pensar mucho el hecho de apartarte de un trabajo.
¡Ánimo! En eso consiste la vida, en caminar, correr, caer y luego levantarnos con más fuerza para hacerle el quite a cada obstáculo que se nos presente; mientras hayan sueños, salud y vida, la lucha por el progreso será constante, valiente y sobretodo nos hará entender que todo ha valido la alegría y no la pena.