Las chicas somos muy supersticiosas y generalmente cuando escuchamos mitos o creencias de terceros sentimos que todo tiene que ver con nosotras, hasta en ocasiones nos sugestionamos con este tipo de cosas sin caer en la cuenta que no es cuestión de casualidad o veracidad que sucedan, sino que somos nosotras mismas quienes llamamos ese tipo de circunstancias o hechos a nuestras vidas… Así sucede con todo, hasta con los sueños.
Soñar con bebés, con embarazadas, vestidos de novia o incluso la muerte no es un mal presagio, lo que pasa es que nuestro cerebro nos juega malas pasadas y cosas que hemos visto en el día o que hemos estado pensando a lo largo de la semana se meten en nuestro subconsciente y terminan manifestándose en la noche, en ese momento de total tranquilidad, en el que descargamos todas las energías almacenadas y nos dedicamos a descansar, dejando libre la mente para que atraiga sus propios pensamientos.
En ocasiones, soñar con personas que ya fallecieron es signo de lo mucho que nos afectó su pérdida y la necesidad que tenemos de volver a encontrarnos con ellas para abrazarlas, y despedirnos por fin de su cuerpo, así mismo sucede en muchas ocasiones que pensamos tanto en su partida que resultan metidas en nuestros sueños indicando que están bien o que también nos extraña, pero finalmente es el reflejo de lo que nuestro corazón anhela escuchar para sentirse tranquilo.
Por último, soñar con una persona a menudo no significa que él o ella se acueste pensando en ti o te extrañe, por el contrario eres tú quien extraña y se escuda en los sueños para sentirle cerca. Así mismo los malos sueños o las llamadas pesadillas, son simplemente el miedo que sentimos, la frustración o el temor a enfrentarnos a una realidad, por lo que no dormimos tranquilos sino que el descanso se vuelve tenso y la mente aprovecha para jugarnos una mala pasada.