Son muchos los comentarios que oímos al respecto: que no se siente igual, que nadie se come la chocolatina con el papelito, que un hombre de verdad no lo hace con cauchito… ¡En fin! Todas las excusas posibles de hombres y mujeres para justificar que no quieren usar condón, sin embargo nada de eso es cierto, pues el preservativo está hecho de un material especial que no solo se adapta al miembro del hombre, sino que empalma perfectamente con el cuerpo de la mujer, por lo que asegura una relación sexual segura y por supuesto, placentera.
Si bien es cierto, «las cosas pasan» y hay ocasiones donde los besos, las caricias y el momento se prestan para pasar a otro nivel en la relación, que por cierto no siempre es de noviazgo, pues en este siglo XXI desde amigos hasta simples conocidos son capaces de dejarse llevar por la situación y desatar todo lo que están sintiendo juntando su sexualidad.
Pero bueno, esto no es lo importante, pues a veces el instinto, las ganas y el roce de los cuerpos es tan fuerte que no puede frenarse, sin embargo hay una excelente alternativa para que luego de haberse dejado llevar por el momento no haya tiempo de arrepentirse, pues en muchos casos estos encuentros repentinos son causales de embarazos no deseados o peor aún, enfermedades muy graves de transmisión sexual.
Por lo anterior, resulta fundamental entender que usar condón no es un capricho o una opción, sino que es un acto de amor, sí, un acto de amor por nuestro cuerpo, por nuestra vida, por nuestra integridad, pues gracias a ello nos estamos cuidando de dar un mal paso que afecte nuestro futuro o de alguna situación que ponga en riesgo nuestra salud… Algunos hombres prefieren no hacerlo porque suponen que no es lo mismo, pero nosotras chicas estamos en la obligación de tener los pies en la tierra y decir con firmeza que «Sin gorrito… ¡No hay fiesta!»