Cuando se acerca ese día temido y a la vez adorado por todas nosotras sentimos que la vida cambia, y es literal pues todo en nuestro cuerpo y nuestra mente se vuelve un salpicón, no sabemos que hacer, que decir, si comer o dormir, si llorar o reír… ¡Que difícil es ser mujer!
Entender que nuestras hormonas están de fiesta unos días antes de que nos llegue el periodo es a lo que se le llama «síndrome premenstrual» y nos ataca a todas por lo menos una vez en la vida, y sucede porque nuestro interior tiene grandes cambios, entre los que se incluyen el cambio de humor, alteración de la temperatura corporal, ansiedad excesiva, antojos y hasta ganas de acabar con el mundo, pero es lógico, pues nuestro cuerpo está asimilando que hubo un proceso sexual que no llegó a término por lo que es necesario que se liberen las células de recubrimiento del útero.
Realmente no es fácil afrontar estos días del mes, no solo porque nos sentimos tristes y a la vez felices, sino porque es muy incómodo tener que andar con una almohada metida entre el calzón, rogando a Dios todo el tiempo que no se vaya a escapar ninguna mancha que pueda delatar nuestro día 28. Pero bien, hay que saber que tanto el síndrome premenstrual como la menstruación son parte de nuestra vida como mujeres y solo se interrumpen cuando nuestro óvulo ha sido fecundado y el cuerpo se prepara para alojar un feto que en unos meses obviamente se convertirá en un bebé.
Que nos llegue el período o que tengamos síndrome premenstrual cada 28 días no es del todo trágico, pues cuando esto le sucede a nuestro cuerpo es porque nos está dando señales de que presentamos buena salud, los ciclos regulares son muestra de vitalidad, pues cuando llegan de manera acertada se disminuye la aparición de quistes, tumores o graves hemorragias; además de ello, te tranquiliza, pues no estás embarazada!
