Ser mujer requiere de sacrificios, rutinas y habilidades, realmente no es una labor muy fácil; necesitas de fortaleza y dedicación para llevarla a cabo con éxito.
Ser mujer no es fácil, desde niñas nos han inculcado que debemos actuar como princesas, cuidarnos el cabello, que tenemos que aprender miles de cosas como a usar vestidos y faldas, a sentarnos bien y por supuesto a hablar de manera delicada porque ser mujer es sinónimo de eso, de delicadeza y buen actuar; sin olvidar que nos han llenado de muñecas, pretendiendo que desde pequeñas se nos despierte el instinto protector de mamá.
Ser mujer no es fácil, aunque en nuestra infancia solo sean mimos y caprichos resueltos, llega esa molesta etapa de pubertad que golpea nuestras hormonas al punto de volvernos casi locas, con ese malestar de cada 28 días, esas ganas de llorar sin razón, o por el contrario el renacimiento de esa diosa bailarina que tenemos dentro que quisiera gritar, correr, saltar y ser feliz todo el tiempo, eso, eso no es fácil, eso requiere de paciencia y responsabilidad pues manejar esas emociones resulta engorroso cuando es por primera vez.
Ser mujer no es fácil, no acabamos de estrellarnos con la pubertad y ya nos chocamos directamente con la adolescencia, esa etapa en la que nos llenamos de múltiples emociones y no sabemos cómo manejarlas, en donde peleamos con nuestra familia y en general con el mundo porque se complica nuestra vida; queremos salir, rumbear, dejar el estudio a un lado y por cierto tiempo nos olvidamos de esas cosas importantes, solo por querer conocer y disfrutar de nuevas alternativas, sin embargo debemos caer en cuenta de que después de pasar por estas crisis existenciales propias de la edad, debemos sentar cabeza nuevamente y entender que para labrar un buen futuro es necesario tener un buen presente.
Ser mujer no es fácil, es necesario ser fuerte para salir adelante, es vital saber caer y tener claro que debemos levantarnos. Luego de lidiar con la adolescencia y los malos ratos que trae saber que no todos los sapos pueden llegar a ser un príncipe azul y que no todas las brujas se llegan a convertir en mujeres buenas, llega una etapa no menos desagradable que la anterior, pues es encontrarnos con nosotras mismas, con nuestros sueños e ideales, con nuestra valiente, nuestra fuerte, nuestra luchadora, aquella que consigue lo que se propone… Este momento de nuestra vida no es fácil, por el contrario es decisivo, pues de no hacer las cosas bien, quedarán secuelas en un futuro, pues aquello que cosechemos será lo que recibiremos.
Finalmente, ser mujer no es fácil. En cualquier etapa de nuestra vida llegarán miles de situaciones que debemos saber cómo manejar, por ejemplo empezar a manejar los tacones, casarnos, tener que lidiar con la formación de un hogar, quedar embarazadas, ser niñeras, maestras y protectoras de nuestros hijos; en fin! Ser mujer no es fácil, de nosotras no depende todo el mundo, pero si por lo menos el 80% de él.