Hoy amanecí sintiéndome diferente, y me dí cuenta de que estoy cansada. Cansada de las historias de hadas, de los príncipes azules que se decoloran con la primera lavada, de los cuentos absurdos que mamá me leía de chiquita. ¡La vida real es otra!
Ya me cansé de ser la niña dulce que debe saber como sentarse y debe pensar para expresarse, me cansé de que el mundo me pida que sea como él lo quiere, cuando simplemente quiero ser yo misma.
Estoy aburrida de buscar mi felicidad en un hombre, de pedirle permiso a papá para poder sentirme libre, de los regaños de mamá por no ser la mujer perfecta…
Reír, bailar, caer y levantarse hace parte de la vida, pero si sigo siendo una mujer atada a los principios de una sociedad conservadora y vacía me haré a la semejanza de ella, pero la realidad es otra…
No siempre años son sinónimo de experiencia, ni dudas son sinónimo de temor; la vida es una sola y mantiene su equilibrio siempre y cuando nos olvidemos de lo correcto para hacer lo que nos haga feliz.
Por eso, después de todo he decidido cantar duro, bailar mucho, abrazar muy fuerte, besar despacito y sobretodo sonreír! Chicas, no busquemos hacer el amor, busquemos construirlo y hacer una buena compañía, no nos perdamos en la imaginación, mejor imaginemos lo que sería de nosotras si nos perdiéramos en la emoción. Finalmente sólo hay una certeza en medio de todo… ¡La vida es una sola y con o sin suerte, no saldremos vivas de ella!
