Amor. Todos en la escuela hablaban de amor, mientras yo solo leía los textos que enviaba mi maestra; yo solo estudiaba, no tenía tiempo para otras cosas, y menos para el amor..
Eran varios los chicos que estudiaban conmigo, todos simpáticos y buena gente, pero ninguno lograba despertar en mi atracción, ninguno me llenaba de alegría, ni hacia que me dieran ganas de estar con ellos… A mi sólo me gustaba estar con María, mi mejor amiga.
Con ella si era una cosa loca! Después de clase íbamos a su casa, hacíamos las tareas, tomábamos té, salíamos a jugar y nos tardábamos horas y horas en aburrirnos, para mi eso era lo máximo. María y yo jugando todo el día, mientras mis amigas repartían besos y abrazos a los otros niños, yo compartía sonrisas con mi mejor amiga.
Y era raro, porque no era capaz de alejarme ni un solo segundo de María, pero era hermoso. María me peinaba, arreglaba mi falda para que no se viera descompuesta y aveces hasta tocaba mis piernas, y yo solo le sonreía. María peleaba conmigo si no le daba de mis onces y se enojaba si yo hablaba con otros niños, yo solo la abrazaba diciéndole que todo estaría bien.
Hoy en día, cinco años después de separarme de María, me doy cuenta la razón por la que anhelaba tanto quedarme a su lado. María, mi María me enseñó lo que era estar enamorada.
El problema es que ahora no se como contárselo a mamá… ¡Me gustan las mujeres!
