Los tiempos han cambiado y para nadie es un secreto que en algunos aspectos la sociedad ha crecido y se ha fortalecido, entre ellos el valor que hemos tomado las mujeres. No sólo para opinar, sobresalir o colaborar en algo, sino en general en todo! Pues a este momento somos mucho más decididas e independientes de lo que solíamos ser hace unos años.
Y realmente esa es la palabra que nos define: independencia; pues la mujer del siglo XXI se caracteriza por ello, el ser luchadora, soñadora y con la capacidad de emprender lo que se proponga son su principal fortaleza…
Y aunque aveces nos tilden de egoístas, realmente yo prefiero que me digan que lo soy, pues si trabajar por lo que se quiere y luchar por lo que se anhela es un acto de egoísmo, yo soy la peor de las mujeres; y en realidad, me alegra serlo.
Una mujer del siglo XXI sabe que no nació para servir la mesa, ni mucho menos para arreglar la casa, pero aún así sabe como hacerlo y cuando lo requiere lo hace, pues el hecho de que no quiera ser ama de casa no quiere decir que sea una mujer inútil.
Una mujer del siglo XXI no necesita un príncipe azul con castillos ni carruajes, solo necesita a su lado un hombre que la respete, que la valore, pues si ella ha de querer la luna, es capaz de bajarsela sin ayuda.
Una mujer del siglo XXI es una mujer de verdad, que puede sacar adelante a sus hijos aun cuando no tenga un hombre a su lado, que se da gustos, viaja, disfruta y no tiene reparos de agradarle a otros, pues comprende que la única misión con la que vinimos al mundo, es con la misión de ser felices.
Y es por eso que hoy me siento orgullosa de ser una mujer de pleno siglo XXI, porque nací en una sociedad llena de progreso que me valora por lo que soy y por lo que puedo hacer… Me siento muy orgullosa de mi, no porque sea egoísta, sino porque comprendo que la vida se construye a base de luchas y sacrificios propios, que solo de las experiencias quedan las grandes satisfacciones. Soy una mujer capaz, y eso es lo que me llena de entera felicidad.