Después de llegar al mundo, en la vida solo hay una cosa segura y es que una vez pisemos tierra firme, pasarán años para encontrarnos con nuestro destino final, ese que los mortales con tanto temor llamamos muerte.
Pero no es tema de alarmarse, es solo el punto final que marca el ciclo de la vida y debe cumplirse en algún momento, aunque a decir verdad todos esperamos que sea mas tarde que temprano, pues disfrutamos tanto de los placeres mundanos que hablar de dejarlos suele ser tormentoso.
Según la sociedad, la religión y la ética, el concepto de muerte puede verse desde distintos aspectos, lo que nunca nos dicen es como prepararnos para ello, y no precisamente cuando es un acontecimiento propio, sino también cuando le ocurre a allegados o familiares y nos afecta tanto a tal punto de no saber que hacer.
Afrontar la muerte es algo difícil y depende de las circunstancias en que haya sucedido que podamos aceptarlo o no en un tiempo determinado, pues cuando llega por sorpresa, resulta más tormentoso pasar el llamado duelo que cuando se trata de alguna enfermedad o ha sido anunciada en algún momento.
De cualquier manera, asimilar la muerte es dar un paso muy importante a nivel personal, pues es una etapa de madurez que muy pocos pueden asimilar, aun así es un proceso por el que tarde o temprano todos pasaremos así que lo mejor es estar conscientes de que la vida es un ciclo y todos llegaremos a su final.
Recuerda que aceptar que una persona se ha ido eternamente no es olvidarla, por el contrario, puedes mantenerla viva en tus recuerdos y en tus oraciones, lo que no es recomendable es encerrarse en la tristeza y dejarse llevar por el sufrimiento, realmente esto no es justo para ti ni tampoco para la persona que se ha ido, pues su partida debe dejarte el sabor de los buenos momentos, más no la nostalgia de su adiós.
