Estoy en un momento de la vida en donde he redefinido mis prioridades, en donde a través de las experiencias sé que no quiero en mi vida. Me enfrente a miedos y monstruos que luego de un día de lágrimas, o tal vez dos, me dejaron un capítulo cerrado y una lección aprendida.
No podría negar que este melodrama se convirtió en un ladrillo más para mi muro de contención, para mis múltiples «peros» y para andar con pies de plomo ante cualquier vana ilusión.
Me redefine en múltiples aspectos, hoy no quiero una cita a medias de evaluaciones absurdas y constantes entrevistas de libretos gastados, no quiero tiempo compartido bajo el amparo de ley del embudo, tampoco quiero invasión de espacios y de tiempo y mucho menos una fiscalía andante.
Quiero mi libertad compartida… esa que a medida que avanza en su vuelo corre millas y extiende más sus alas, queriendo abrazar mundos y descubriendo brisas. Quiero un fin de semana completo lleno de apapachos y luego tal vez un mes de distancia, para que se llenen de ganas de mí, quiero una noche de copas una noche loca, donde dancemos juntos sin prejuicios ni tabús, tal vez otra noche de tertulia un buen vino y mucha conversación tradicional e íntima, quiero complicidad, apego y sobretodo sinceridad.. quiero eso y muchas cosas más…