Generalmente hablamos de que los fracasos en una relación son culpa de los hombres, sin darnos cuenta de que esto no es del todo cierto. Si bien, el 88% de los hombres fuman, toman o tienen algún vicio, el 12% restante asegura ser bueno, no sólo porque se dedica a su propia vida sin desgastarse en malos hábitos, sino porque fue educado por una buena mujer que le enseñó el valor que tienen las chicas y lo bonito que es enamorarse.
En la actualidad, sin el ánimo de defender a los hombres un gran porcentaje de ellos se ha visto perjudicado por una mujer en algún momento y esta es la razón por la cual han cambiado y poco creen en los sentimientos, empezando desde el colegio cuando son tímidos y las niñas son las que pretenden a la fuerza cortar esa timidez.
Aun hay hombres buenos… Hombres que saben del valor que tiene una familia, que a diario luchan por sus sueños, que trabajan, que ríen, que saben que la felicidad no está en una disco, que comparten con sus seres queridos.
Hombres buenos que quizá por estar preocupados por salir adelante tienen poca experiencia con las mujeres y aunque son caballeros resultan difíciles de llevar porque no están acostumbrados a lidiar con caprichos ajenos, aun así, si encuentras uno de estos mi consejo es que no lo dejes ir.
Si en el camino de la vida te cruzas con un hombre poco rumbero y muy trabajador, no lo dejes ir. ¡Estos hombres valen oro! No sólo porque tienen visión a futuro de la vida y te darán estabilidad, sino porque con su poca experiencia en el amor serás tú la anfitriona, la que por primera vez muevas todas sus fibras y le hagas saber que el mundo se vive mejor en compañía de una mujer.