La vida no siempre es color de rosa, y menos cuando de amor se trata. Enamorarse es hermoso, compartir los primeros momentos con esa persona, sentir como se mueven las maripositas en nuestro estómago, saber que hay alguien que te hace sonreír sin necesidad de decir una sola palabra, eso es maravilloso.
Las etapas del amor vienen cargadas de altas dosis de alegría, de paciencia, tolerancia y respeto, entonces es así como se construyen las relaciones sólidas que nos llenan no sólo el corazón, sino el alma entera.
Hasta aquí todo es hermoso, pero nada es perfecto pues la vida tiene baches y lamentablemente nada dura para siempre por más lindo que sea, en algún momento habrá algo que saldrá mal y es ahí donde las decisiones que debes tomar deben estar muy bien pensadas.
Cuando el amor se daña, no sólo por infidelidades sino por otros factores que nos hacen daño es necesario hacer un alto en el camino y replantear cuanto queremos a esa persona, pero más importante es saber cuanto nos queremos a nosotras mismas pues lo que nos lástima no puede hacer parte de nuestra vida, aunque resulte complicado tomar decisiones.
A veces tomar decisiones no es fácil, pero si es necesario y todo porque no podemos permitir que nuestra vida se vea afectada por culpa de otros, el amor debe ser siempre sinónimo de alegría y aunque duela, cuando las cosas se salen de nuestras manos es mejor sacarlas también del corazón.
Si llevas mucho tiempo con tu pareja y crees que ya es hora de hacer un alto, no lo pienses tanto… Recuerda que la persona más importante eres tu, y solo de ti depende la verdadera felicidad; revisa los pro y los contra de tu relación y analiza hasta que punto el amor es verdadero, no confundas la costumbre con esto.