Yo creo que en algún momento de nuestras vidas a todos nos ha pasado eso de desvelarnos por culpa de un mal sueño o eso que llamamos pesadillas, y sucede porque una vez nuestra mente recoge cosas negativas a la hora de dormir, resulta muy complicado retomar el sueño tranquilo al que estamos acostumbrados, y aún cuando la pesadilla haya terminado, inconscientemente nosotros lo seguimos recordando cuando cerramos nuestros ojos.
Como tal, las pesadillas se traducen como la manera en la que nuestro subconsciente intenta desahogar sus preocupaciones, sus fracasos y cada uno de sus tropiezos; lo anterior se debe materializar de alguna manera y entonces el cerebro lo interpreta en los momentos en que más tranquilidad tenemos.
El origen de las pesadillas resulta un poco complejo, pues cada persona se acuesta y descansa con pensamientos distintos en la cabeza, lo que no podría hacer que generalicemos lo que pasa con ellos, pero si podemos hacerlo con unos cuantos por qué, que tal vez te harán sentir muy identificado. Entre las razones a tratar, encontramos la inseguridad que sentimos con nosotros mismos, la ansiedad, el miedo que tenemos frente a una situación que ocasiona que no podamos tranquilizarnos a la hora de dormir, sino que por el contrario, una vez logramos concebir el sueño, sigan saliendo todo tipo de ideas.
Por otro lado, están los factores externos a nuestros pensamientos, como acostarnos después de haber consumido gran cantidad de comida, bebidas alcoholicas, o simplemente después de haber visto una película de terror, que queramos o no se queda rondando en nuestra mente, creando la psicosis de que lo apreciado en pantalla es la viva escena de lo que ha de suceder en nuestra cotidianeidad.
En general, es normal tener pesadillas de vez en cuando, pero ¡Ojo! solo de vez en cuando, pues en el momento en que se vuelven recurrentes y empiezan a afectar tus hábitos de dormir generando insomnio, quiere decir que se ha convertido en enfermedad, así que ten cuidado con eso!